Santuario de Nuestra Señora del Ara
Emplazamiento e historia
El Santuario de Ntra. Sra. del Ara se encuentra situado en las estribaciones de Sierra Morena y a unos siete kilómetros de Fuente del Arco. Todo el paraje que lo circunda resulta ser de gran riqueza arqueológica, aflorando sobre todo restos romanos, lo que nos lleva ha sospechar de la posible existencia de algún centro religioso y cultural pre-cristiano.
El santuario lo mandó edificar, casi a sus expensas, el prior santiaguista Don García Ramírez. La construcción data de finales del siglo XIV principios del XV, y en un principio no existía nada más que la iglesia sin espadaña ni camarín, y unas construcciones anexas de las que aun hoy quedan restos.
Concluida la iglesia en 1494, existían dos casas de morada junto a la ermita, la ocupada por el santero y la que acogía a los que venían a velar, más una bodega.
En 1549 ya existía la Sacristía, aunque reformada posteriormente para la construcción y acceso al Camarín. Los arcos tapados que se observan indican que formaron una galería abierta, como se refleja en la documentación de 1549.
La arquería de la fachada sur de la Iglesia, de estilo mudéjar esta compuesta por arcos muy peraltados que se apoyan sobre pilares poligonales (los únicos que hoy permanecen al descubierto), los de oeste y norte fueron cegados al levantar las construcciones anexas. Tras la arquería observamos una puerta de acceso al interior del templo con arco de herradura enmarcado en alfiz, donde aparecen restos de columnas romanas.
A finales del siglo XVI la iglesia era la misma que ahora contemplamos, salvo que no contaba con la espadaña (campanario), ni con el camarín. Se debió contar con algún pequeño campanil sobre el arco toral, ya que encima de dicho arco, hasta 1494 se encontraba una esquila y en 1603 se compró la campana de la ermita de Ntra. Sra. del Ara.Vista Aérea
La espadaña se levanta sobre los muros de los pies de la iglesia y se compone de dos cuerpos. El primero con dos vanos con arcos de medio punto, y el cuerpo superior con un solo vano y dos aletones triangulares curvos. Los dos cuerpos tienen medias columnas adosadas y el superior se corona con un frontón triangular. La espadaña se finalizo a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII.
La única nave de la iglesia se cubre con bóveda de cañón, y tiene una longitud de 17 metros y una anchura de 8 metros y medio.
Todo el edificio se encuentra orientado hacia saliente.
Entrando en el patio que forman los pies del templo y las construcciones anexas, en la documentación de la Orden de Santiago estas construcciones anexas aparecen como:
- Aposentamientos.
- Casa del santero.
- Bodega con lagar.
- Molino de aceite, del que se hace ya mención en 1575.
En el suelo de una de las salas del molino aparecen las bocas de las tinajas empotradas en el suelo, donde se guardaba el aceite.
En esta sala como único adorno aparece el escudo oval de armas de la Orden de Santiago.
El patio cuenta con una fuente en la que los feligreses arrojan monedas y piden sus deseos.
En la parte norte, en el cercado interior de los aposentamientos mandados a construir por el prior García Ramírez, se puede – contemplar un cierto número de tumbas de diferentes tamaños excavadas en el suelo rocoso (posiblemente son tumbas fenicias), pendientes de estudio.
La vista panorámica desde el campanario es estupenda, podemos observar:
- Sierra de San Miguel.
- Sierra del Viento.
- Ribera del Ara.
- Sierra de la Jayona: el topónimo de la serranía, Jayona, es de posible origen árabe, puede venir de la palabra árabe “aiun”, que significa pozo, manantial, fuente. De ahí tomó su nombre el personaje regio Jayón, que junto con su hija y su pueblo fue beneficiario de la aparición de la Virgen. Ésta recibió el sobrenombre religioso, cristiano y pre-cristiano de Ara, piedra sacrificial, no ajena a los lugares de esta serranía, transitada por milicias romanas, luego por berebere y más tarde por caballeros cristianos que lucharon por estos parajes.
Organización
En 1508 se nos advierte que existían tres molinos, uno cercano a la madre del agua y el otro el que está al pie de la Ribera del Ara que eran de harina y el que está en la ermita de aceite.
A la Orden de Santiago se debió la pequeña pero bien organizada infraestructura agropecuaria que, junto con las limosnas de los fieles devotos, permitió dotar a la ermita de todo lo necesario.
En el siglo XVI se hicieron las primeras plantaciones de olivos, que luego exigieron los correspondientes molinos aceiteros, y que conllevaron a la desaparición de viejos cultivos como el lino. También se cuidó la apicultura y aumento la vacada. Con la desaparición de la orden santiaguista, y sin que se explique muy bien, nada quedó de aquello.